Alberto de 60 años era el conserje de una prestigiosa escuela para familias de clase alta, no tenía una imagen buena o mala, el se encargaba del aseo sin queja alguna ya que la escuela le daba su propia habitación y con gastos pagados, llevaba más de 30 años trabajando en en la institución, no quería renunciar a esos lujos.
Pero su paraíso se convirtió en el mismísimo infierno con la
llegada de Yasmín, la hija de uno de los empresarios más poderosos en el mundo,
un niña malcriada y egocéntrica que no dudaría en lastimar a los demás se le
parecía divertido, y su padre, no dudaría en consentir a su princesa.
Su primer encuentro con ella fue la limpieza de un jugo
derramado por la misma. Todo sería normal de no ser porque inmediatamente
terminó de limpiar, Jazmín tomo otro bote de jugo y lo derramó en el pasillo,
Alberto intento mantener un rostro inexpresivo y siguió limpiando, una vez más
Jazmín derramó otro boto de jugo, esta vez con una sonrisa en su rostro, cosa
que no le gustaba a Alberto, este encuentro marcaría el comienzo de de la vida
de Alberto como juguete de Jazmín.
Empezando con la limpieza de sus desastres, el acoso fue
subiendo de intensidad lentamente, volviéndose un recadero y su bote de basura
personal, si algo no le gustaba a Jazmín entonces ella se lo arrojaría a
Alberto de muy mala gana, él solo podía mantener un rostro neutral y actuar
como si no la situación no fuera nada malo mientras que dentro de él se
generaba lentamente un sentimiento de odio e ira.
Pronto, los simples juegos de limpiar y traer comida se
convirtieron en abuso verbal, cada que podía o se presentaba la oportunidad,
Jazmín lo insultaba, tanto a su persona como su humilde profesión, Alberto no
podía hacer nada más que soportarlo, pero por dentro los pensamientos de que
querer golpear a una persona surgieron por primera vez en su vida, no tardó en
pasar al abuso físico, empezado por bofetadas y subiendo la intensidad con
patadas, por si fuera poco Jazmín ordenó las amigas que tenía por subordinadas
unirse al abuso físico. Un día lo dejaron herido de gravedad, por lo que
Alberto tuvo que tomar un descanso, pensó que finalmente tendría algo de paz y
tranquilidad, pero no fue así, él se encontraba en su habitación descansando
cuando escuchó la puerta abrirse, Al ver a jazmín no pudo evitar sentir miedo
en su interior.
Jazmín: Vaya, esta habitación... No es digna de una basura
como tú, disfrutala mientras puedas pedazo de mierda.
Jazmín solo pasó a decir eso, pero fue suficiente para
preocuparlo, los días pasaron y Alberto finalmente se recuperó, pero solo para
derrumbarse nuevamente, ni bien empezó su día de trabajo fue llamado a las
oficinas del director, ahí recibió la terrible noticia de que sería desalojado
y trasladado a una residencia más "adecuada" para él, sabía que nada
bueno saldría de esto.
Y Alberto estaba en lo correcto, su nueva residencia no era
más que una pequeña choza de madera podrida que parecía poder derrumbarse en
cualquier momento. Inmediatamente fue con el director a poner su renuncia, la
única razón por la que soportó del abuso fue por la comodidad pero sin ella
entonces no tenía razón para seguir sufriendo, pero inmediatamente fue
detenido, el padre de Jazmín había ordenado al director prohibir la renuncia de
Alberto, y no solo eso, si Alberto intentaba escapar sería traído por la
fuerza. No lo matarían pero si lo dejarían en un estado lamentable.
Alberto cargando un gran odió hacía Jazmín y sin saber que
hacer pidió permiso para dar un paseo por la ciudad esperando encontrar una
solución, mientras iba caminando se encontró con una tienda de brujería que
llamó mucho su atención, él no creía en esas cosas pero estaba tan desesperado
que entró queriendo buscar algo que lo ayudará a liberarse de todo esto, siendo
recibido por el misterioso encargado de la tienda.
Hombre extraño: ah, ya era hora, te estuve esperando Alberto
Alberto: ¿Cómo sabe mi nombre?
Hombre extraño: Eso no importa, lo que importa es que tengo
una solución para ti, dime ¿No quieres vengarte de Jazmín?
Alberto: ... Sí... Hare lo que sea...
Hombre extraño: Bien, vas a necesitar esto
El extraño encargado de la tienda le mostró un espejo de
bolsillo y una píldora.
Alberto: ¿Y qué se supone que haga con esto?
Hombre extraño: Es bastante sencillo, este es un espejo
atrapa almas, todo lo que tienes que hacer es hacer que ella se refleje en el,
entonces su alma quedará encerrada en la dimensión del espejo, la píldora la
debes ingerir tú, después de eso tu alma sera expulsada de tu cuerpo y se
moverá al cuerpo sin alma mas cercano a ti, es decir, el de Jazmín
Alberto: ... ¿Por qué querría su cuerpo?
Hombre extraño: ¿No es obvio? Ella robó tu felicidad, lo
justo sería que tú robes las suya
Alberto: ... L-Lo tomaré...
Hombre extraño: ¡Alto! Todo esto tiene un costo
Alberto: ¿Y cuál es?
Hombre extraño: Oh no es nada extravagante, solo tienes que
traerme el espejo con el alma de Jazmín y entregármelo
Alberto aceptó asintiendo la cabeza, tomó aquellos objetos y
volvió a la institución. Una vez allí se adentro en su pobre choza pensando en
que si las cosas en su mano funcionarían cuando fue interrumpido una vez más
por Jazmín.
Jazmín: ¡Oye, conserje de mierda! ¡Deja de ser tan flojo y
ponte a trabajar!
Entonces Jazmín vio el espejo en las manos de Alberto, pensó
que se le había encontrado y al ser tan estúpido se quedo obsesionado con el
aspecto de este, Jazmín aprovechó la oportunidad para decir que ese espejo era
de ella y que se lo devolviera o le iría muy mal.
Jazmín: ¡Pedazo de mierda, devuelve mi espejo!
Alberto se quedo aturdido unos segundos, si lo que dijo
aquel hombre era verdad entonces no tendría que esforzarse por hacer que Jazmín
vea su reflejo en el espejo. Alberto le dió el espejo manteniendo su habitual
cara inexpresiva, y no pudo evitar sonreir al ver cómo Jazmín abría el espejo.
Jazmín: ¿De que te ríes pedazo de mierda? ¿Acaso se daño-
Jazmín no pudo terminar de insultar a Alberto pues ya era
demasiado tarde, se rostro se había reflejado en el espejo y con ello su alma
fue encerrada en este, dejando su cuerpo vacío.
Alberto: Realmente funcionó...
Jazmín a través del espejo: ¿Ah? ¿Por qué me veo a mi misma?
¿Y por qué me veo tan enorme? ¿Q-Qué es está barrera? ¡Hey, conserje de mierda,
arregla esto!
Alberto se quedó sorprendido de ver el cuerpo inmóvil de
Jazmín, se acercó lentamente y dio un vistazo al espejo, en el estaba encerrada
el alma de Jazmín.
Alberto: Oh pobre niña tonta, odiosa y malcriada,
honestamente, nunca tuve algun pensamiento impuro y pervertido, mucho menos
alguna fantasía sexual con alguna de las estudiantes, pero tú, mocosa
malcriada, este sentimiento de odio hacia ti fue creciendo al punto de que
quiera profanarte con mis propias manos, y ahora eso es posible gracias a tu
estupidez.
Alberto tomó el espejo y lo posicionó de tal manera que
Jazmín pudiera ver a la cama, después tomó su cuerpo y lo acostó, comenzó a
desvestirlo y a tocar sus pechos y su vagina.
Jazmín: ¡Noooooo! ¡No toques mi cuerpo! ¡Maldito pedazo de
mierda! ¡Sácame de aquí para poder patearte el culo!
Alberto: ¿Tu cuerpo? Pero si este ya no es tú cuerpo, de
ahora en adelante será mío, pero antes...
Alberto tomo unas cuerdas que encontró en la choza y la
amarró la viga mas estable y resistente que había ajustando la altura de esta,
después coloco un banco y se subió a este, colocó la cuerda en su cuello y tomó
la píldora.
Jazmín: ¡¿Estás loco?! ¡Si te vas a suicidar entonces házlo
después de liberarme!
El alma de Alberto fue expulsada de su cuerpo y enviada al
cuerpo sin alma de Jazmín...
Jazmín: ¡Maldito pedazo de mierda! ¡Alguien ayúdeme...! ¿Eh?
Mi cuerpo... ¿Se está moviendo por si solo?
Alberto: ah, realmente funcionó ahora estoy en su cuerpo...
tiene un buen cuerpo, más bien, tengo un buen cuerpo... Será mejor salir de
aquí rápido
Alberto comenzó a vestir su nuevo cuerpo, ganando
consciencia de las nuevas sensaciones que este le generaba, el roce de sus
prendas, el movimiento de su pechos, la humedad en su vagina por los juegos
previos, todo era nuevo para él.
Alberto: ¿Sorprendida de que tu cuerpo se mueve por si
mismo? Creo que tendré que explicarlo, tú, estás en el espejo, y yo, Alberto,
el conserje que tanto despreciaste y humillaste ahora está en tu cuerpo.
Jazmín: ¡Esto no se va a quedar así! ¡Se darán cuenta de que
no eres yo! ¡Como si una mierda cómo tu pudiera aparentar mi perfección!
Hombre extraño: No creo que sea un problema
Alberto: ¿Que haces aquí?
Hombre extraño: Vine por el espejo, y también a dejarte esta
otra píldora, con ella podrás acceder a sus conocimientos y tomarlos como
tuyos.
Dicho eso el hombre extraño le entrego otra píldora, tomó el
espejo con el alma de Jazmín y se marchó rápidamente, Alberto se quedo unos
minutos más para terminar el trabajo,su cuerpo estaba posicionado, entonces
solo debía retirar el banco que servía de apoyo y con eso podría fingir su
suicidio, después tomó la píldora, debió hacerlo en un mejor lugar pues en el
momento que la tomó, su cabeza empezó a doler demasiado, casi como si fuera a
explotar, el dolor era tanto que terminó desmayandose.
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Alberto: ¡Ah...! ¿Dónde... Estoy? Ow... Espera... Está es...
¿La habitación de Jazmín?
Se preguntaba Alberto que recién acababa de despertar,
estaba un poco confundido pero gracias a los recuerdos de Jazmín logro
orientarse, ahora se encontraba en la habitación de Jazmín, su habitación,
¿?: Veo que despertaste, Jazmín, ¿Estás feliz con el resultado?
Un joven recargado en una de las paredes de la habitación
preguntó.
Alberto: ... Josh... ¿Qué sucedió?
Josh, era el nombre del chico que le acompañaba, Alberto
pudo reconocerlo por los recuerdos de Jazmín, gracias a estos sabía que Josh
sentía algo por ella pero Jazmín nunca lo dejó ir más alla de la amistad.
Josh: ¿Qué sucedió? El conserje del que tanto abusaste se
suicido, el shock fue tanto que te desmayaste al verlo sin vida...
Con lo dicho Alberto puso en marcha un nuevo plan.
Alberto: ¡¿Qué voy a hacer?! ¡Todos me van a tratar cómo una
loca! ¡Me van a marginar...! ¡Josh! Tú... ¿Te quedarás conmigo cierto...?
Decía Alberto en el cuerpo de Jazmín con una voz triste y
lágrimas falsas cayendo por sus mejillas mientras se acercaba lentamente a
Josh.
Alberto nunca fue un buen actor, su único don era mantener
su cara libre de emociones, pero con la habilidad de Jazmín la actuación no era
más que un simple juego de niños. Decidió fingir ser una débil Jazmín para
tener a Josh de su lado, y que él tuviera sentimientos hacia Jazmín lo hacía
todo más fácil.
Alberto: ... Sé qué no he sido una buena persona... Pero
después de eso... Quiero cambiar... Y quiero que tú estés ahí para mí...
Alberto: (Vamos cae en mis encantos, yo sé que te quieres
tirar a esta puta)
Josh quién estaba ciegamente enamorado de ella confío
plenamente en sus palabras y respondiendole con un beso en la boca.
Segundos después Josh empujo a Alberto.
Josh: ¡Tú no eres Jazmín, la verdadera Jazmín nunca me
hubiera dejado besarla!
El plan de Alberto había fallado, pero no le importaba, Al
ser un hombre sabía que solo era cuestión de tiempo y seducción para convencer
a Josh.
Alberto: ... Es cierto, no soy la verdadera perra de Jazmín,
soy Alberto en su cuerpo.
Josh: ... ¡No puede ser! ¿Entonces ella...?
Alberto: Así es, murió en mi cuerpo, pero no todo es malo,
puedo dejar que te cojas a esta perra cómo te plazca.
Dijo Alberto mientras comenzaba a desvestirse un poco
bajando su falda y abriendo su uniforme.
Alberto: Vamos, tengo sus recuerdos y habilidades, sé todo
de ella ahora, y también sé que estás locamente enamorado de ella, Tal vez
nunca hubieras tenido una oportunidad con la vieja Jazmín, pero la nueva es un
caso distinto ¿Qué dices?
Josh: ¡No, esto está mal!
Alberto: Oh, dices eso pero tu pene se ve que ya está muy
duro
Dijo Alberto mientras se acercaba a Josh.
Una vez lo suficientemente cerca, Alberto tocó con sus
lindas, pequeñas y finas manos el duro pene de Josh bajo los pantalones, Josh
no sabía como reaccionar, todavía estaba aturdido por lo que había sucedido.
Por una parte siempre estuvo enamorado de Jazmín a pesar de
ser rechazado múltiples veces, pero también quería tener sexo con ella aunque
no de esta manera, después de resistirse por unos minutos terminó por ceder
ante sus impulsos sexuales. Empujo a
Alberto, o la nueva Jazmín, sobre el uno de los sofas de la habitación y
penetró a la hermosa chica frente a él.
Alberto: ¡Ahhhhh! Sabía que dolería... ¡Pero no pensé que
tanto!
Alberto estaba sufriendo pero a la vez disfrutándolo, no por
el placer de tener sexo sino por tomar la virginidad de Jazmín, Alberto había
sufrido mucho con ella, así que empezó a tener fantasías donde la hacía sufrir,
ya fuese con maltrato físico o violandola, por lo que ver y sentir como su
virginidad era tomada por un chico que la verdadera Jazmín había rechazado más
de una vez era algo muy excitante.
Alberto: (Esto sería mejor si la dueña de este cuerpo
estuviera viendonos, seguro estaría gritando y rogando por que me detuviera)
Esa noche Josh se volvió su cómplice.
Desdé entonces se piensa que el suicido del conserje afecto
drásticamente a Jazmín pues mostró un cambio de actitud hacía el resto de su
compañeros y profesores.
Alberto ahora disfruta su nueva vida como adolescente,
aunque le hubiera gustado conservar el alma de Jazmín y colocarla en su viejo y
desgastado cuerpo, de ser así le hubiera devuelto todas y cada una de las
humillaciones que le hizo pasar, pero el trato era darle su alma a aquel
hombre.
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Mientras tanto en algún lugar...
Jazmín: ¡Noooooo! ¡Malditos pedazos de mierda! ¡Cómo se
atreven a tomar mi pureza!
Gritaba el alma de Jazmín encerrada en la dimensión del
espejo viendo como su antiguo cuerpo tenía sexo con Josh a través de una esfera
mágica.
Jazmín: ¡Maldita sea, sácame de aquí, devuelveme mi cuerpo,
no soporto ver lo que hacen con él!
Hombre extraño: lo lamento niña, tu alma es necesaria para
mis planes, además, nadie extrañará a la antigua y malcriada Jazmín
Jazmín seguía gritando con todas sus fuerzas maldiciendo a
Alberto por haberle robado su cuerpo...
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