Rodrigo era una niño de 11 años bastante precoz y pervertido para su edad pero lo que más disfrutaba era usar los vestidos de su madre, maquillaje, perfume, incluso con ropa interior, pero cuando fue atrapado en el acto se llevó el regaño de su vida, le dijeron que era un niño y que no debía hacer ese tipo cosas, lo cual no tomo muy bien, y en su búsqueda para cumplir su fantasía encontró entre los tantos sitios de internet un hechizo para cambiar de cuerpos.
Pero Rodrigo no sabía en quien
usarlo, no quería se su medre, si bien le gustaba usar su ropa no le gustaba su
trabajo como doctora, Rodrigo quería un cuerpo que le permitiera relajarse y
disfrutar de este, uno que tuviera que preocuparse por el dinero, así que salió
a las calles en busca de la candidata perfecta.
Entre tantas lindas mujeres encontró
lo que buscaba.
Se trataba Esmeralda, una mujer de
aspecto elegante con unos pechos bastante llamativos, Rodrigo ardía de rabia al
ver tan hermoso cuerpo siendo desperdiciado por ropas carecentes de atractivo
sexual, así que sin importarle cual fuera su estilo de vida uso el hechizo para
cambiar de cuerpos con ella.
Todo paso en un abrir y cerrar de
ojos, Rodrigo tomó consciencia de su nueva altura, el peso en su pecho, el
vacío en su entrepierna y la extraña sensación del aire deslizándose por debajo
de su falda.
Estaba tan sorprendido por aquéllas
sensaciones que se olvidó por completo salir de la escena de su crimen, un gran
error pues le dió la oportunidad a la verdadera Esmeralda ahora en su cuerpo
infantil de tomarle de la mano.
Tanto Esmeralda como Rodrigo querían
evitar armar un escándalo así que buscaron un lugar sin tantos espectadores,
una vez allí Esmeralda empezó a hablar.
Escúchame bien mocoso, no se que me
hiciste pero nos vas a cambiar de vuelta -dijo Esmeralda en el cuerpo de
Rodrigo enojada-
¡No sé cómo hacerlo! El hechizo solo
decía como cambiar, no decía nada sobre volver -dijo Rodrigo mintiendo-
Entonces iremos con mi esposo, el
sabrá cómo ayudarnos -dijo Esmeralda intentando contener su furia-
Esta era una vil mentira de Rodrigo,
el sabía perfectamente que el hechizo solo funcionaría por 24 horas, pero se
haría permanente si tenia sexo con alguien más, y debido a que no conocía nada
sobre su nuevo cuerpo, lo mejor era que la verdadera dueña lo guiara, así
podría decidir si quedarse con el o devolverlo.
Después de charlar Esmeralda le
indico a Rodrigo que llamara a su esposo y pudiera una Limosina para ellos,
Rodrigo no pudo evitar emocionarse cuando escucho tales palabras, tal vehículo
era algo a lo que nunca podría subirse en su vida.
Esmeralda no lo sabía pero el plan
de Rodrigo para arrebatarle su vida ya estaba en marcha.
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Horas después llegaron a una enorme
mansión, Rodrigo estaba cada vez más emocionado, sabía que en su nueva vida no
tendría que preocuparse por el dinero.
Fueron recibidos por una de las
varias sirvientas del lugar y rápidamente fueron llevados ante el duelo de la
mansión.
Él estaba sentado en su oficina
haciendo papeleo cuando escucho la puerta abrirse.
¿Quién es ese niño, querida?
-preguntaba el hombre tan pronto como los vio entrar-
Es un niño que me encontré en las
calles -respondió Rodrigo-
¡¿Qué?! ¡No! ¡Escucha Roland, este
niño cambio nuestros cuerpos! -gritó Esmeralda furiosa en respuesta ante la
mentira de Rodrigo-
Cariño ¿Por qué recogiste a un niño
enfermo? -preguntó Roland viendo al cuerpo de su esposa-
¡Entiende que soy tu verdadera
esposa! !Te lo probaré, mataste a mi amado y me tomaste como tuya! -gritó
Esmeralda-
Con esas palabras Roland comprendió
que el niño que decía ser su esposa decía la verdad, la sala quedó en silencio
absoluto, entonces Roland hablo.
Niño ¿Cuál es tu nombre? -preguntó
Roland-
Me llamo Rodrigo, señor -respondió
Rodrigo-
Ya veo, escucha atentamente mi
pregunta y piensa cuidadosamente lo que vas a decir, si tomarás el lugar de mi
esposa ¿Qué clase de esposa serías? -Preguntó Roland con un tono serio-
... Seria el tipo de esposa que ama
a su marido demostrando su amor en la cama, siempre y cuando mi marido cuide de
mí -respondió Rodrigo-
¡¿Qué?! -preguntó Esmeralda
exaltada-
Me gusta esa respuesta, bien esta
decidido, guardias, por favor llévense a este niño lejos de mi vista, no crean
ni una sola palabra de lo que diga y no permitan que se vuelva a acercar a mí
ni a mi esposa -dijo Roland mientras sostenía un parlante-
¡Tú! ¡Maldito degenerado! ¡No puedes
hacerme esto! -decía Esmeralda con lágrimas en los ojos-
Ya lo hice, no me case contigo por
tu personalidad, lo hice por tu cuerpo, y si hay alguien que este dispuesto a
darle un mejor uso que tú entonces no me importa quién este dentro de el,
debiste tratar mejor a tu marido -dijo Roland mirando el pequeño cuerpo en el
que se encontraba su verdadera esposa-
Momentos después entraron los
guardias de seguridad y tomaron al niño frente a ellos sujetando sus pequeños
brazos, Esmeralda solo podía llorar, gritar y patalear mientras veía como su
antiguo cuerpo se despedía burlándose de ella.
Una vez se calmaron las cosas Roland
personalmente le dio un recorrido por la mansión para que se familiarizara con
el lugar, finalmente llegaron su dormitorio.
Bien, este de aquí es tu nuevo
armario... Lamento que tengas tan poca ropa, es solo que la antigua dueña era
muy reservada, pero no te preocupes, contigo dentro de ese cuerpo puedo apostar
a que pronto se llenará, quizás ocupe una remodelación, bien ahora prepárate,
tú y yo vamos a tener las relaciones sexuales que debimos tener como un
matrimonio hace mucho -dijo Roland tranquilamente mientras se retiraba-
Finalmente estaba sólo, él y su
nuevo cuerpo, Rodrigo no tardo en desnudarse, después de una larga espero pudo
ver los enormes pechos que ahora eran suyos, comenzó por apretarlos, sintiendo
un gran placer, dejando que lindos chillidos salieran de su boca, eran tan
grandes que podia incluso lamerlos con su boca, experimentando aún más placer,
y notando el hormigueo en su entrepierna lentamente dirigió sus brazos a su
recién adquirida vagina, la cuál ya estaba muy mojada por el toqueteo previo,
empezó a rozarla con sus dedos lentamente provocando que el calor en su cuerpo
aumentara, los suaves gemidos de su boca aumentaron un poco más su intensidad,
algo dentro de él le dijo que era el momento, no dudo en introducir uno de sus
dedos sintiendo todavía más placer, comenzó a moverlo hacia dentro y afuera
algo despacio, al igual que la velocidad de sus dedos sus sensuales gritos
fueron en aumento, Rodrigo nunca pensó que la masturbación femenina se sintiera
tan bien, "me voy a volver adicto a esto" fue uno de los pensamientos
que pasó por su mente mientras experimentaba aquella eufórica sensación, poco a
poco se acercaba asu primer orgasmo como mujer, por lo que terminó gritando al
venirse y manchando las sábanas de su cama con sus fluidos vaginales. Rodrigo
no podía estar más feliz.
Siguió masturbándose hasta que entró
su nuevo marido.
Entonces sonó la puerta abriéndose.
¿Estuviste complaciendote a ti misma
desde que me fui? -preguntó Roland después de entrar en la habitación y ver. Su
esposa tirada en la cama empapada en sudor y jugos del amor-
Si... Ser una mujer se siente
increíble... ¿Pero sabes que se sentiría mejor? Qué mi esposo me diera duro
como siempre quiso -decía Rodrigo con una respiración pesada-
Roland hizo una mueca en su rostro y
se desvistió. Desde que se casaron por la fuerza y poder de Roland, Esmeralda
nunca le permitió tener sexo con ella, pero con Rodrigo en el cuerpo de ella
era un asunto completamente distinto, Lo que la verdadera Esmeralda nunca le
dio y protegió por años, Rodrigo lo entrego en instantes, Roland no podía estar
más feliz, por fin podría poner sus manos en ese sensual cuerpo que había
deseado tocar por años.
Sin demora alguna empujó a Rodrigo
hacia la cama
¡Es enorme! ¡¿Eso va a estar dentro
de mí?! -preguntó sorprendido al ver el largo y grueso pene de Roland-
Claro que si, es hora de estrenar
ese cuerpo tuyo, lástima que no podré tomar tu castidad, pero eso no importa
¡Esta noche te haré mía! -exclamó Roland-
Sin más preámbulos Roland insertó su
miembro en la húmeda cueva carnal de Rodrigo.
¡Aaaaaahhhhhhhh! -gritó Rodrigo del
placer-
Los juegos previos de Rodrigo habían
dejado su vagina lista y lubricada para el sexo, por lo que el pene de Roland
entró con mucha facilidad, Rodrigo solo podía gritar por aquel nuevo y aún más
grande placer que estaba experimentando, podia sentir como si una corriente
eléctrica recorriera a través de todo su cuerpo, sus dedos no eran nada
comparado al pene de Roland, cada embestida solo lo hacia gritar más y más,
Rodrigo estaba totalmente perdido en el placer, solo quería seguir siendo
penetrado como la mujer que era ahora, no le importaba nada más, lo único en lo
que podía pensar era en el pene que le estaba dando increíble placer, podia
sentir como poco a poco aumentaban sus palpitaciones, y como hombre, sabía que
significaba eso...
¡Voy a venirme! -dijo Roland
excitado-
¡Ha-Hazlo adentro ahh! -dijo Rodrigo
gimiendo-
Tal y cómo había dicho la mujer
frente a él, Roland se vino dentro de la vagina de Rodrigo quien también
alcanzó el orgasmo, todavía era cautivo del placer que estaba recibiendo su
cuerpo, pero sobretodo disfrutó sentir la calida carga de semen desplazandose
por sus pliegues vaginales, y con ellos, el hechizo estaba sellado, ahora
estaría en ese cuerpo para siempre.
Después de eso ambos se vieron a los
ojos, sabían perfectamente que los dos iban a disfrutar de esta nueva vida,
poco después cayeron dormidos.
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Al día siguiente Rodrigo ahora
Esmeralda fue al central comercial para comprar nueva y sexi ropa para vestir y
complacer a su esposo. Este le dió una tarjeta negra, incluso hizo una
expansión a su guardarropa, Rodrigo estaba muy contento con su situación, ya no
debía preocuparse por el dinero y todo lo que tenía que hacer era complacer a
su esposo. Además de que ahora podía vestir ropa femenina sin ser juzgado,
incluso se propuso usar algo distinto todas las noches a la hora de hacerlo.
Debido a que había comprado
demasiada ropa, tardará un día en llegar, por lo que esta noche solo estaría en
su ropa de dormir, pero eso no lo detendría de complacer a su esposo, esta vez
estrenó su boca dándole una mamada.
(Mmm es taaan delicioso) -pensaba
Rodrigo mientras chupaba el pene de su esposo-
¡Mmm! Lo haces muy bien, querida
¡Sigue así! -decía Roland complacido por la técnica de su esposa-
A pesar de ser la primera vez
haciendo este tipo de cosas, Rodrigo había visto varios videos pornográficos de
distintas actrices haciendo una mamada, por lo que sabia donde tocar, además de
que él... O ella, también lo estaba disfrutando, Le gustaba sentir la textura
con su lengua, jugando con el como si de una paleta se tratara, mover su cabeza
de arriba a abajo, envolverlo con su lengua. Lo hacia tan natural que parecía
que siempre fue una mujer, pero lo que más le gustó fue sentir los espasmos del
duro pene en su boca sabiendo que estaba por venirse y acelerando sus
movimientos para obtener la carga de esperma caliente.
¡Pmgh!... Te viniste demasiado
querido... También es delicioso... -decía Rodrigo saboreando el semen en su boca-
Era una sensación tan eufórica que
Rodrigo podía sentir como los fluidos en su vagina comenzaban a deslizarse por
sus piernas indicando que ya estaba lista para la acción.
Será mejor que te prepares para la
siguiente ronda -Dijo Roland-
Ya estoy lista, que-ri-do... -dijo
Rodrigo en un tono sensual-
Y con eso dió comienzo a la segunda
noche de Rodrigo teniendo sexo como mujer.
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La noche siguiente decidió hacerlo
con un sexi atuendo deportivo, esta vez quiso probar hacer el 69
Dar y recibir nunca se había sentido
tan bien para ninguno de los dos, darse placer mutuamente era algo muy
placentero para ambos, pero en especial para Rodrigo pues su cuerpo era aún más
sensible, disfrutaba lamer el erecto pene de su esposo mientras el lamía su
vagina completamente empapada, lo estaban haciendo como si siempre hubieran
sido una feliz pareja casada, lo hicieron hasta alcanzar juntos el orgasmo.
La cara de ambos estaba embarrado,
la de Rodrigo por el semen de Rolan y la de Roland por los jugos vaginales de
Rodrigo, no pudieron evitar sonreír el uno al otro,
Luego de limpiarse la cara Rodrigo
se recargo contra la cama indicándole a Roland que quería su ración nocturna de
sexo duro.
La habitación se lleno de los
gemidos obscenos saliendo de la boca de Rodrigo, esta noche descubrió que
dependiendo de la posición, la intensidad del placer puede variar, ambos pasaron casi toda la noche haciéndolo...
La noche después de esa fue un
vestido chino o qipao con un fetiche un tanto extraño propuesto por Roland
Se trataba ni más ni menos de usar
sus axilas para complacer su miembro, Rodrigo no lo pensó dos veces antes de
meter el pene de su esposo en sus axilas, después de todo, era su deber como
esposa complacer a su esposo, incluso en sus más oscuras y extrañas fantasías.
No había noche en la que estos dos
no tuvieran algo de acción...
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Ya había pasado dos años, Rodrigo ha
mantenido su promesa de ser una fiera en la cama, Roland no podrá estar mas
feliz con su relación, incluso acordaron tener un hijo juntos, pero ni siquiera
el embarazo fue motivo suficiente para dejar de hacerlo todas la noches, justo
hoy esta usando un conjunto que queda perfecto para si cuerpo embarazado.
Una mujer vaca, incluso se metió un
poco en el rol intentando reemplazar los gemidos por el característico
"muu" que hacen las vacas.
Esta era le vida de Rodrigo ahora,
una esposa capaz de complacer a su esposo y una futura madre.
La esposa perfecta para Roland, la
esposa que anhelaba tiempo atrás.
En cuanto a Esmeralda en el cuerpo
de Rodrigo, después de darse cuenta de que era libre de las garras de Roland
desistió en querer recuperar su antigua vida y comenzó a disfrutar su la nueva
libre de responsabilidades e hizo uso de sus conocimientos para mejorar sus
notas académicas, al contar con el apoyo de su nueva familia le espera un buen
futuro por delante.
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